En el marco del "Día Nacional por una Argentina sin Chagas", una experta explica a Infobae todos los detalles de una enfermedad endémica en la mayoría de los países de la región.
A más de 100 años desde que fuera descripta por primera vez,
la enfermedad de Chagas continúa siendo un problema grave de salud pública en
muchos países de América Latina.
También llamada tripanosomiasis americana, es una enfermedad
potencialmente mortal causada por el parásito protozoo Trypanosoma cruzi. Esta
patología es endémica en 21 países de las Américas, aunque las migraciones de
personas infectadas pueden llevarla a países no endémicos de América y el
mundo.
Áreas de influencia
Esta afección tiene una firme vinculación con aspectos
socio-económico-culturales deficitarios, por ello se la considera una
enfermedad desatendida. "Nuestro país tiene áreas endémicas ligadas al tipo
de construcciones que se utilizan para vivienda. Se trata de hogares humildes
construidos con paredes de adobe y techos de paja que proporcionan un medio
óptimo para el desarrollo de la vinchuca que es el principal vector de
transmisión de la enfermedad", definió la doctora Lilian Testón, médica
infectóloga, coordinadora del grupo de epidemiología de FUNCEI.
Las provincias de Chaco, Catamarca, Formosa, Santiago del
Estero, San Juan y Mendoza son consideradas de alto riesgo para la transmisión
vectorial de Chagas debido a un aumento de la infestación domiciliaria y a una
alta seroprevalencia en grupos vulnerables. A pesar de ello, las 24
jurisdicciones poseen riesgo de transmisión congénita derivado de las
migraciones internas e internacionales de países vecinos con elevada
endemicidad ya sea que cuenten o no con la presencia de vinchucas.
La infección también se puede adquirir mediante transfusión
de sangre, transmisión congénita (de la madre infectada a su hijo) y órganos
donados, aunque estos son menos frecuentes.
El Chagas global
De acuerdo a los registros de la Organización Mundial de la
Salud (OMS), en todo el mundo, pero sobre todo en América Latina, unos 10
millones de personas se encuentran infectadas. Según estimaciones de la
Organización Panamericana de la Salud (OPS), cerca de 100 millones de personas
en la región están en riesgo de infectarse, hay unas 8 millones infectadas, con
56.000 nuevos casos anuales por todas las formas de transmisión que motivan
unas 12.000 muertes anuales.
En las últimas décadas se ha observado con mayor frecuencia
casos en Estados Unidos, Canadá, varios países europeos y algunos del Pacífico
Occidental que, según expresó la doctora Testón, están ligados a los
trasplantes de órganos y las transfusiones de sangre infectada. "Esto se
debe a que la población latina que habita en estas naciones, sobre todo en los
Estados Unidos, que puede ser portadora de Chagas y no saberlo", indicó.
Los especialistas estiman que en España, un país con fuerte
inmigración de países donde el Chagas es una enfermedad endémica, son más de
42.000 los adultos infectados y que unas 17.000 personas van a requerir de
atención médica por cardiopatía chagásica. De acuerdo a los guarismos europeos,
este país ibérico concentra más de la mitad de los 80.000 casos de Chagas de
todo el continente y es el segundo país de área no endémica con mayor cantidad
de pacientes chagásicos.
En Argentina se calcula que más de siete millones de
personas están expuestas a la infección y que al menos un millón y medio tiene
Chagas, lo que constituye a esta patología como uno de los principales
problemas de salud pública.
Discriminación y Chagas
Hemos aprendido con la enfermedad de Chagas que hay muchos
pacientes infectados y pocos enfermos. Por lo menos este es el escenario que
observamos en Buenos Aires y el conurbano.
Muchas veces con el resultado positivo para Chagas, las
personas se acercan a la consulta con el especialista para preguntar qué
controles deberían hacerse y comentan que son discriminadas en el trabajo. Sin
embargo, un resultado positivo por sí solo no implica incapacidad laboral, sino
que se requiere la opinión médica y la realización de otros estudios para
determinar el estado de salud de quienes están infectados.
Por eso, la Ley 26.281 de Prevención y Control de la
Enfermedad de Chagas sancionada en 2007, prohíbe en su artículo 5º realizar a
los aspirantes a cualquier tipo de empleo o actividad el análisis para
establecer si tienen esta enfermedad. Esto permite evitar cualquier tipo de
discriminación laboral ante un resultado positivo de infección por Chagas.
"Los controles que requieren los pacientes chagásicos
son cardiológicos porque la principal patogenia de esta enfermedad es la
miocardiopatía, que consiste en un aumento del tamaño del corazón que también
trae consigo trastornos de la conducción como arritmias. No se le debería pedir
el análisis de sangre para determinar si el paciente tiene Chagas, ya que
laboralmente está apto para trabajar", explicó la especialista.
Hasta un 30% de los enfermos crónicos presenta alteraciones
cardiacas y hasta un 10% padece alteraciones digestivas, neurológicas o combinadas.
Todas estas manifestaciones pueden requerir un tratamiento específico.
Por otra parte, de acuerdo con la doctora Testón, es muy
importante dejar en claro que esta enfermedad tiene un tratamiento que es
seguro y efectivo, bajo el control del especialista. En los niños de cero a 14
años, adecuadamente tratados, se puede curar el Chagas.
Cuidados desde la panza
Ya que esta enfermedad puede no presentar síntomas, es muy
importante que todas las mujeres embarazadas se realicen el análisis para
diagnosticarla y así lo establece la Ley 26281 que impone la obligatoriedad de
este análisis. Si el test indica que la mamá tiene Chagas, debe realizar
controles médicos y seguir estrictamente las indicaciones del profesional.
Luego del nacimiento del bebé, podrá iniciar un tratamiento para curar y/o
controlar la enfermedad.
"Es muy importante que, entre los controles de la mujer
embarazada, se testee el Chagas. Se ha visto en instituciones privadas, donde
no se espera encontrar esta infección, un 0,6% lo tiene y no lo sabe",
señaló la doctora Testón.
Luego de su nacimiento, el bebé deberá ser analizado
rápidamente, antes de abandonar la maternidad o lo más pronto posible, para
saber si contrajo la infección. La búsqueda de esta patología en sangre forma
parte de un conjunto de enfermedades que a través de la Ley 26279 de Pesquisa
Neonatal se estudian de modo obligatorio y gratuito a todos los recién nacidos.
En el caso de que el test resultara positivo, la muestra se
remite al centro de referencia que es el Instituto Nacional de Parasitología
Mario Fatala Chaben donde se le hace el panel parasitológico completo.
"Allí se realiza el seguimiento mientras dura el tratamiento –de hasta dos
meses- que es administrado por el médico infectólogo pediatra, que controlará
las reacciones adversas que puede presentar por la medicación. Se trata de
reacciones alérgicas cutáneas que a veces pueden resultar severas. No obstante,
no existe ningún impedimento para que el niño crezca y se desarrolle
normalmente", puntualizó la especialista.
Como en muchos casos, el mal de Chagas no presenta síntomas,
el análisis sanguíneo es el único modo de detectar si la persona está infectada
para que pueda recibir el tratamiento y curarse.
El cribado de la sangre es decisivo para prevenir la
infección mediante las transfusiones sanguíneas y el trasplante de órganos. De
este modo, la persona con test positivo de Chagas en sangre debería excluirse
de la instancia de donación.
Tratamiento, control y prevención
La enfermedad de Chagas integra una extensa lista de lo que
se conoce como enfermedades olvidadas o desatendidas. Una de las
características, para que esto sea así, es la pobre inversión en poner
medicamentos útiles al alcance de la gente que tiene mayor necesidad. En más de
100 años de su descubrimiento solamente se han desarrollado dos medicamentos,
con todas las dificultades que hay para conseguirlos mientras que, en poco más
de 30 años del descubrimiento del agente patógeno del SIDA, se han desarrollado
seis familias de fármacos con más de 36 productos aprobados.
La enfermedad de Chagas puede tratarse con medicamentos
(benznidazol y nifurtimox) que matan al parásito. Ambos son eficaces casi al
100 por ciento para curar la enfermedad si se administran al comienzo de la
infección, en la etapa aguda. Sin embargo, su eficacia disminuye a medida que
transcurre más tiempo desde el inicio del contagio.
El tratamiento con estos medicamentos también está indicado
en caso de reactivación de la infección (por ejemplo, por inmunodepresión), en
niños que padecen la infección congénita y en los pacientes al principio de la
fase crónica. También se debe ofrecer la medicación a los adultos infectados,
especialmente a los que no presentan síntomas dado que puede frenar la
progresión de la enfermedad.
El benznidazol y el nifurtimox no deben administrarse a las
embarazadas ni a las personas con insuficiencia renal o hepática. El nifurtimox
también está contraindicado en personas con antecedentes de enfermedades del
sistema nervioso, neurológicas o trastornos psiquiátricos.
Además, puede ser necesario administrar un tratamiento
específico para las manifestaciones cardíacas o digestivas.
No hay vacuna contra la enfermedad de Chagas. El método más
eficaz para prevenirla en América Latina es el control vectorial. El análisis
de la sangre donada es necesario para prevenir la infección congénita, por
transfusiones sanguíneas y donación de órganos.
Fuente: Infobae