miércoles, 27 de abril de 2016

Nuevas guías alimentarias para mejorar la nutrición y prevenir la diabetes y la obesidad

Las presentaron ayer; deberían orientar la planificación de políticas en todo el país.

Con el panorama epidemiológico argentino dominado por el avance de las enfermedades no transmisibles, la alimentación se desplazó al centro de la escena: es uno de los cuatro factores de riesgo más importantes en la obesidad, la diabetes, ciertos cánceres y las cardiopatías.

Con la idea de promover la educación alimentaria y de tener una herramienta para la planificación de políticas, el Ministerio de Salud de la Nación presentó ayer, en el salón Ramón Carrillo, las nuevas Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA). 

El documento, que consta de un gráfico con las proporciones sugeridas de alimentos que deberían incluirse a lo largo del día y 10 recomendaciones de fácil comprensión, no es un texto científico, sino una herramienta práctica que intenta generar comportamientos alimentarios más saludables en la población.

"Las guías alimentarias son un instrumento fundamental de medicina preventiva -dijo el ministro Jorge Lemus durante el encuentro-. Vamos a utilizarlo en todos los planes del ministerio, habida cuenta de que el síndrome metabólico, la obesidad y la diabetes son la gran epidemia del siglo XXI." 

Según explicó la representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en la Argentina, Maureen Birmingham, las primeras guías alimentarias se elaboraron a partir de la Conferencia Internacional de Nutrición, organizada por la OMS en 1992, que contó con la participación de 159 países y 144 ONG para afrontar la problemática alimentaria. Como resultado de este movimiento internacional por una nutrición saludable, hoy hay 24 países americanos que cuentan con guías alimentarias.

La primera versión de estas guías, desarrollada por la Federación Argentina de Graduados en Nutrición (Fagran) y la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas (Aadynd), se publicó en 2000. 

Pero en estos 15 años, subrayó Marina Kosacoff, subsecretaria de Prevención y Control de Riesgos, cambió el perfil epidemiológico y la obesidad creció a pasos agigantados, particularmente entre los chicos.

En la elaboración de esta nueva herramienta participaron varios ministerios y sociedades científicas, como la Asociación de Facultades de Ciencias Médicas de la República Argentina (Afacimera); la Escuela de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires; la Universidad Nacional de Córdoba; la Universidad Isalud; Fagran; Aadynd; el Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni); la Sociedad Argentina de Nutrición Clínica (SANC); la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios (Saota), y la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), entre otros.

Birmingham celebró "este logro", que llevó tres años, y agregó que "llegan en un momento muy oportuno para revertir el actual desplazamiento de la población hacia comidas o productos ultraprocesados no recomendados".

"Ya hablé con el ministro de Educación, Esteban Bullrich, y vamos a utilizar estas guías fundamentalmente en la escuela, porque promover e introducir estos valores en los niños y en las maestras es el primer paso en la cadena de protección y promoción de la buena salud", afirmó el ministro.

Fuente: La Nación