miércoles, 3 de agosto de 2016

Macri les reintegró el dinero de las obras sociales a los gremios

Rodeado de sindicalistas, el Presidente anunció la devolución de $ 2700 millones que retuvo el kirchnerismo; buscan atenuar los reclamos en la calle.

Ayer hubo sonrisas entre Macri, Cavalieri, Martínez, Lingeri, Caló y RodríguezMauricio Macri miró entre la multitud hasta que encontró el destinatario de un comentario nada inocente. "José Luis machacó y machacó mucho con todo esto", dijo el Presidente, mientras José Luis Lingeri, titular del sindicato de Sanidad, sonreía y recibía las palmadas cariñosas de sus pares de otros gremios. 

Con la presencia de referentes de las tres centrales que confluirán en la CGT unificada el próximo lunes 22, aunque sin Hugo Moyano ni Luis Barrionuevo, el Presidente anunció en el Salón Blanco de la Casa Rosada la devolución de cerca de $ 30.000 millones adeudados por el Estado y retenidos por el gobierno kirchnerista a las obras sociales que manejan los sindicatos.

La medida, que desde hacía dos meses venían negociando el Gobierno y la cúpula sindical, llega en momentos en los que las protestas gremiales comienzan a subir en intensidad, en protesta por los aumentos de tarifas, el desempleo creciente y la inflación.

"Somos un mismo barco (...) si un sector pide que se le contemplen situaciones (particulares), eso reduce las posibilidades de crecimiento del resto. A la verdad hay que sumarle la solidaridad", dijo Macri en lo que pareció ser una crítica ante los reclamos crecientes de gremios y organizaciones ligadas al mundo del trabajo.

Sin perder sus gestos de satisfacción lo escuchaba buena parte de la cúpula sindical: además de Lingeri, motor de los acuerdos, estaban Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (Uocra), Antonio Caló (UOM), Ricardo Cirielli (Aeronáuticos), Omar Plaini (Canillitas) y Armando Cavalieri (Comercio). Ausente Barrionuevo con aviso (lo reemplazó Dante Camaño, de Gastronómicos), tampoco asistió Moyano, tal vez resentido por el movimiento de pinzas (del que participó el Gobierno) que le impidió llegar al poder de la AFA. De su sector sí estuvo Carlos Acuña (estaciones de servicio).

En los trece minutos que duró su discurso, que escuchó la mayoría de los gobernadores que venían de su reunión por la coparticipación (ver página 6), Macri detalló la manera en la que se repartirán los fondos: $ 8000 millones para la creación de la cobertura universal de salud, que cubrirá a 15 millones de argentinos; $ 2704 millones en efectivo para pagar las deudas con las obras sociales por tratamientos de alta complejidad que ya se realizaron; creación de un fondo de emergencia ante una catástrofe natural o epidemia, por un valor de $ 4500 millones; la derivación de $ 14.000 millones para la compra de bonos del Tesoro, cuyos intereses servirán para financiar el pago de prestaciones médicas. También anunció el envío al Congreso de un proyecto de creación de una agencia para determinar tratamientos, evitar sobreprecios y "bajar los costos del sistema".

¿Se moderarán los reclamos con esta nueva distribución del dinero? "Tenemos que tomar tema por tema. La caja es una parte, pero es la plata de los trabajadores, tenemos que saber administrar el dinero de esos trabajadores para darles estos beneficios. Hoy se dio un paso adelante importantísimo", dijo Lingeri al finalizar los anuncios.

En el Gobierno también había satisfacción y guiños al sindicalismo. El ministro de Salud, Jorge Lemus, destacó a LA NACION la colaboración de la dirigencia sindical, que "desde un principio apostó a llevar adelante esta estrategia de cobertura universal y mostró claramente que puede extender su vocación solidaria hacia los más necesitados".

Su par de Trabajo, Jorge Triaca, minimizó la elevación del tono de muchos sindicalistas en las últimas semanas. "Tienen derecho a llevar adelante sus reclamos, pero a través del diálogo se han resuelto muchas cosas, tal vez más en estos siete meses que en los 12 años anteriores", afirmó el ministro. Mario Quintana, el vicejefe de Gabinete y responsable de la última negociación con los gremios, también se mostraba contento al terminar el anuncio oficial y hablaba de una "distribución más equitativa" de los fondos destinados a la salud.

Fuera del alcance de los micrófonos, desde el Gobierno explicaban las ausencias de Moyano y su candidato a conducir la CGT, Juan Carlos Schmid, en clave política. "Es lógico que protesten si hay inflación. Además, está la pelea por ver quién conduce", explicó un alto funcionario.

Los abrazos y besos en las mejillas entre Macri y los sindicalistas marcaron el final de un acto bastante parecido a una tregua. El tiempo dirá si el acuerdo sirvió para atenuar los ánimos y las protestas sindicales.

Fuente: La Nación