miércoles, 21 de junio de 2017

Medicamentos: más caros y con menor cobertura

El promedio del incremento en los remedios fue, durante el último año y medio, de un 77%, situación que se agrava en el caso de la canasta para los adultos mayores. Cifras alarmantes, que necesitan medidas urgentes.

El aumento de los medicamentos en la Argentina superó ampliamente la inflación y durante el último año y medio incrementaron su valor en un 77,3%, según un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav). Esta problemática, que se acopla a los cada vez más elevados precios de los alimentos y tarifas de los servicios, se agrava en el caso de los adultos mayores, para quienes los remedios subieron un 88%.

En este sentido, los especialistas afirman que en uno de cada tres medicamentos el precio se duplicó, dependiendo del tipo de droga. El fármaco que más aumentó es el utilizado para la terapéutica tiroidea, elevándose en un 152%, y el que menos subió fue el hipolipemiante, utilizado para disminuir los niveles de lípidos en sangre y controlar el colesterol, que se vende a un precio un 107% más caro.

La Argentina es uno de los países de menor capacidad de compra de remedios de la región, considerando el valor de la canasta en dólares. Esto demuestra que se está lejos de garantizar el acceso a los fármacos indispensables para la supervivencia de sus ciudadanos, siendo el valor en el país de la canasta de US$ 248,2.

Productos esenciales e insustituibles

En el último año y medio se profundizó el proceso inflacionario de la última década, potenciado por la suba en los productos y servicios indispensables para garantizar una vida digna. “La particularidad de la inflación 2016 y 2017 es que se dio con una mayor dispersión entre conjuntos de productos. Afectó en mayor medida a los precios de los alimentos, los mencionados servicios públicos y también a los medicamentos”, señala el estudio.

“Por ser productos esenciales e insustituibles, estos últimos adquieren un carácter distintivo sobre otro tipo de artículos”, apuntan los especialistas en referencia a los remedios, que todo Estado debe garantizar para respetar el derecho a la salud. Pero en el último año y medio, en el mercado confluyen dos factores: el alza imparable de precios y “la supresión o disminución en la cobertura de algunas obras sociales de grupos sensibles, como es el PAMI”.

En este contexto, se destacan subas por sobre el 100% en grupos de fármacos, tal es el caso de los ansiolíticos, que incrementaron un 135%, los broncodilatadores, que subieron un 124%, y los analgésicos que se alzaron un 116%, entre otros. Y de todos estos productos, el 15% de ellos sufrió un descenso en la cobertura por parte del PAMI, según la Undav.

Una política de Gobierno

El informe preocupa y genera alarma dado que el acceso a los medicamentos es vital para la salud pública de los argentinos, y la Organización Mundial de la Salud afirma que el acceso equitativo a remedios seguros y asequibles es de importancia vital para que todo el mundo goce del grado máximo de bienestar que se pueda lograr. Parte de la responsabilidad en el incremento desmedido de los precios de los fármacos es de los nuevos lineamientos de política económica, que implican la relajación de los controles de la Secretaría de Comercio, dirigida por Miguel Braun, primo del jefe de gabinete, Marcos Peña.

Como miembro de la OMS, la Argentina debería mejorar la difusión de todos los productos sanitarios y dispositivos médicos y el acceso a los mismos mediante la superación efectiva de los obstáculos a dicho acceso, que es lo contrario a lo que sucede en la realidad concreta. Otra de las razones del altísimo incremento en el precio de los medicamentos es “el alto grado de concentración del mercado, tanto en el ámbito de las droguerías como en la distribución”, concluyeron los especialistas.

Concentración del mercado, salud para pocos

La garantía de una óptima salud y el bienestar de las familias argentinas se ven perjudicados por los oligopolios que manejan el mercado. La cadena que determina el precio de los medicamentos comienza con la producción local o la importación de los mismos como bienes finales y, según la Secretaría de Política Económica y Planificación del Desarrollo del actual Ministerio de Hacienda y Finanzas 250, empresas conforman el sector farmacéutico del país, incluyendo firmas que producen localmente e importadoras.

El relevamiento de la Undav detalla que existen 110 establecimientos productivos, de los cuales 93, el 85%, pertenecen a laboratorios de origen nacional y el 15% restante a extranjeros. En el país se venden mensualmente 60 millones de unidades de remedios, siendo la producción nacional el 78% de las ventas y perteneciendo el 58% de la facturación a laboratorios de origen nacional.

La concentración es tal que tan solo 20 laboratorios concentran alrededor del 80% de la facturación, y de las diez principales firmas cinco son extranjeras, ocupando el primer lugar la firma Alemana Bayer, que a fin de año culminaría su fusión con la máxima compañía a nivel mundial en el mercado de las semillas transgénicas, denunciada en varios países por las negativas e irreparables consecuencias del uso de sus productos en el ambiente, los animales y en la salud humana.

El circuito continúa con la comercialización mayorista de los medicamentos, a través de distribuidoras y droguerías,que comercializan directamente a clínicas y hospitales, y finalmente con la venta minorista en farmacias. Actualmente, se encuentran registradas aproximadamente 445 droguerías, de las cuales cuatro concentran aproximadamente el 70% del mercado, detalla el informe.

“Este mismo efecto oligopólico se produce en las distribuidoras, ya que cuatro firmas concentran cerca del 99% de las ventas: Rofina, del laboratorio Roemmers; Disprofarma, vinculada con Bagó; Farmanet, sociedad del laboratorio Gador, Casasco, Bayer, Novartis y Boehringer Ingelheim; y Global Farm, vinculada a los laboratorios estadounidenses”, destacan los especialistas.

Los valores de los insumos importados se vieron afectados, además, por la devaluación del peso argentino, al mismo tiempo que el incremento de los costos por el alza de los servicios públicos que afectó a las empresas del sector y fue trasladado a los precios. Además, ante la concentración del mercado en las mencionadas empresas, las compañías establecen los precios según su conveniencia.

Principales subas según el tipo de fármaco

- Para la tiroides: 152%

- Ansiolítico: 135%

- Broncodilatador: 124%

- Antiinflamatorio bronquial: 113%

- Antibiótico antiinflamatorio: 108%

- Para el colesterol: 107%

- Antidepresivo: 105%

- Para el corazón: 100%

Valor de la canasta de medicamentos, en dólares

- Argentina: US$ 248,2

- Brasil: US$ 186,1

- Uruguay: US$ 181,6

- Paraguay: US$ 117,6

- Chile: US$ 92,0

Hay aumentos en algunos fármacos de más del 100%. Un medicamento de venta libre que los jubilados usan mucho, la simple aspirineta anticoagulante para los problemas cardíacos, aumentó en promedio más del cien por ciento, lo que afecta muy negativamente al bolsillo de los jubilados porque es de venta libre y no lo tienen en la cobertura del PAMI.

Recordemos que hoy la canasta básica alimentaria para la Tercera Edad es de 16.124 pesos, según precios tomados en abril y publicados en el mes de mayo por la defensoría de la tercera edad, y como segundo gasto mensual dentro del cálculo para esa canasta está el de los medicamentos con 3.860,27 pesos. A esto hay que sumarle que la restricción de los medicamentos por parte del PAMI se da cuando el ingreso del jubilado es de un haber y medio de una jubilación, cerca de 9.550 pesos.

El perjuicio que se generó en el bolsillo del jubilado es doble: por un lado, producto de la inflación, aumentaron todos los artículos de primera necesidad, incluidos los remedios y, por otro lado, la situación presente en cuanto a la mala atención en salud de los adultos mayores hace que se degrade aún más su calidad de vida.

Los medicamentos, como otros tantos rubros, aumentaron mucho más que la inflación y tienen menos cobertura por parte de las empresas de medicina prepaga y las obras sociales, y todo esto claramente en connivencia con la Superintendencia de Servicios de Salud, que es el organismo encargado de regular el servicio que brindan las prepagas y obras sociales pero no hace absolutamente nada, lo cual va en detrimento del consumidor.

La responsabilidad del aumento también recae mucho sobre los laboratorios, que han modificado la ley de genéricos, permitiendo a los médicos recetar con “nombres de fantasía” y no con la denominación de la droga. Esto hace que el paciente cuando va a comprar un remedio se encuentre con el panorama de que, si no tiene el recetado por su propio médico, no lleva ninguno, por el temor de equivocarse, siendo que todos los medicamentos de un mismo tipo tienen igual composición, por lo que pueden ser reemplazados por otro. Como esto también fue modificado a favor de los laboratorios, es doble el impedimento que sufren los consumidores.

Los laboratorios en Argentina hacen mucho lobby y vemos inacción por parte de las autoridades del Gobierno nacional, de la Superintendencia de Servicios de Salud, y de ANMAT, que muchas veces no hace el control adecuado de cada uno de los medicamentos. La libertad de mercado que proclama este Gobierno en definitiva es vista desde un solo punto: la libertad de los empresarios, que no da ninguna protección a la gente.

El Gobierno podría regular el aumento de los medicamentos, haciendo un análisis de las estructuras de costos, viendo las ganancias que ha tenido cada uno de los sectores que conforman un medicamento y lógicamente poniendo un precio máximo a un bien tan preciado como son los remedios en cuanto a la salud.  Sería muy bueno que se declare la emergencia farmacéutica, para este y para otros puntos, como lo es el incumplimiento de las prepagas en las prestaciones médicas obligatorias, que es altísimo en esta época.

Fuente: Diario Hoy